Luego de la decepción y el fracaso de la misión se les ordeno a grupos de soldados aliados hacer revisiones en las residencias vecinas para descartar el movimiento del objetivo por parte de los alemanes, un cuadrilla soviética de los NKVD encontró el acceso a un bunker en una pequeña residencia ubicada a tan solo 200 metros del objetivo original.
Temiendo que alemanes se encontraran ocultos en el bunker ordenaron la destrucción total de la instalación, una vez que los bombarderos hicieron su trabajo el panorama en el sitio era aterrador. Al menos cinco cuerpos sin vida de soldados alemanes fueron encontrados dentro, pero lo que dejo sin aliento a los soldados aliados fue el hallazgo de más de 45 fetos totalmente conservados, todos colocados en frascos de vidrio flotando en una sustancia liquida transparente.
La particularidad de estos fetos eran la deficiencias genéticas, deformaciones o casos especiales de nacimientos múltiples. Nadie sabia a quienes pertenecían hasta la captura de Otto Günsche, ayudante e intimo a Hitler quien contó la historia de los fetos.Según versiones de Otto Günsche, los fetos eran una de las más preciadas colecciones de Adolfo Hitler, los atesoraba como medallas de batalla y un gran número de soldados alemanes fue destinado a la protección del lugar donde los preservaba. Otto Günsche también comentó que al menos 5 de esos fetos eran descendientes de Hitler, mismos que habría procreado con Eva Braun y su cocinera Constanze Manziarly pero que habían tenido el infortunio de no nacer.Gran parte de los fetos fueron destruidos a causa del bombardeo, unos cuantos de ellos se encuentran en el museo de Berlín.
